viernes, 27 de marzo de 2020

Los que no nacieron, de Frank Werfel

En este libro, Frank Werfel nos describe un “viaje” al futuro lejano de la Humanidad (supuestamente dentro de 100.000 años). En todo momento se describe el viaje como si se hubiera hecho realmente, aun cuando no se den detalles de cómo se hizo, con lo cual realmente he llegado a pensar si no sería éste el típico libro en el que la verdad se disfraza de ficción, como sucedería por ejemplo con “La rebelión de Lucifer” de Benítez, o “La conspiración del Juicio Final” de Sidney Sheldon.

En la sociedad que nos describe el autor, la humanidad se ha visto notablemente reducida en número, como resultado de diversas guerras mundiales que han ido sucediendo a lo largo de los tiempos, de modo que se llega a un solo gobierno, una lengua, una raza. Los humanos de entonces son de apariencia frágil, no tienen pelo en el cuerpo, van desnudos (aunque ligeramente cubiertos con velos transparentes), y son mucho más “mentales” que “físicos”. En cuanto al planeta, en el pasado sufrió los efectos de una “transparencia” del Sol, un fenómeno que apenas duró décimas de segundo, pero que supuso grandes cambios en el medio ambiente, como por ejemplo la desaparición de los pájaros, y que la vegetación fuera menos variada de lo que lo es actualmente.

Los seres humanos de aquel tiempo han llegado a transportarse de un lugar a otro utilizando simplemente la voluntad, no sólo dentro del planeta sino incluso proyectándose a otros lugares del sistema solar y del Universo. Se han erradicado las enfermedades, el hambre, las guerras; los seres humanos no envejecen, y pueden llegar hasta los 200 años de vida. Sin embargo, en lo que el autor cree un Paraíso, se esconden también las sombras. Los humanos de entonces no aceptan la muerte tal y como nosotros la entendemos, sino que van a su encuentro deliberadamente. La niegan incluso de su idioma, pero el fin que eligen resulta mucho más terrible. Además, detrás de los buenos modales y de la apariencia amable, el ser humano sigue con su “marca de la bestia”, que finalmente acaba explotando en una catástrofe final. Aunque al final se da el detalle esperanzador de que uno de los humanos de entonces acepta la muerte sin “ayuda”, tal y como la entendían sus contemporáneos.

El libro me ha parecido sin duda muy interesante, de esos que te llevan a reflexionar sobre su verosimilitud. Había eso si detalles del mundo futuro que me chocaron bastante, como por ejemplo la supervivencia de la Iglesia Católica (aunque mucho más tolerante y conciliadora de lo que lo es actualmente), y el hecho de que los humanos de entonces hubieran comprobado que eran los únicos seres inteligentes del Universo, cosa que desde luego no puedo aceptar de ninguna manera. Sin embargo, también el autor habla de un “viaje” por Mercurio y Júpiter que me resulta tan real, que no sé qué pensar. Realmente da la impresión de que estuvo allí, por lo que cuenta de esos planetas.

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