NOTA: Este fue uno de los poemas que se quedó fuera de La voz de los pioneros, mi última novela.
Cómo escribir de algo que no existe?
¿O sí?
No existe infierno para los malos,
sino aniquilación de la individualidad.
Dios no puede tener un infierno
para castigar a sus hijos eternamente.
¿Cómo podría hacer eso un Dios de amor?
¿Cómo podría castigar un padre
a sus hijos eternamente?
No, Dios jamás haría eso.
Dios da innumerables oportunidades
de retomar el camino correcto.
El que se condena,
es porque así lo decide conscientemente.
Y el libre albedrío es sagrado
para Dios y para toda su "tropa".
¿Pero significa eso
que no hay castigo para los malos?,
preguntan algunos.
Y yo les respondo:
¿os parece poco castigo
vivir alejado de la bondad,
la belleza y la verdad?
El que elige el mal a sabiendas
se vuelve irreal,
porque el mal solo existe
donde hay imperfección.
Allá arriba,
donde todo se dirige a la perfección,
el mal no tiene cabida.
Aquí abajo,
donde aprendemos por ensayo y error,
el mal es una posibilidad siempre presente.
El infierno, si existe,
está aquí abajo.
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