martes, 25 de agosto de 2020

Lo que le diría a un ateo (si sirviera de algo), parte II

 

¿Pensabais que me iba a quedar conforme con una sola entrada? ¡De eso nada! Todavía quedan argumentos para los que tengo mi respuesta.

Por si no habéis leído la primera parte, tenéis el enlace aquí.

7. La oración es inútil.

Entiendo que si no crees en Dios deduzcas que orar es inútil. Yo me pregunto si los que afirman tal cosa han probado a orar DE VERDAD. No a rezar para recibir cosas materiales (ese tipo de peticiones son ruido de fondo, se pierden por el camino) ni para alterar el orden natural de las cosas. Es cierto que la fe cura, pero si rezas porque alguien no se muera y luego resulta que se acaba muriendo eso no significa que Dios no exista o haya hecho oídos sordos a tus súplicas. Lo que sí es cierto es que si se pide recibir dones espirituales (fuerza, paciencia, sabiduría, discernimiento, perspicacia, etc.), esa petición llega a su destino y es atendida con toda seguridad. Probablemente no cuando ni como queremos recibirla sino a su debido tiempo, como todas las cosas divinas.

En cualquier caso, no se puede decir que la oración es inútil si no se ha probado de manera sincera ni se ha pedido lo que sí puede ser otorgado.

8. No hay chispa divina en nuestro interior.

¿Y cómo lo sabes? No la vas a ver aislada en un tubo de ensayo ni en un escáner cerebral: tienes que contactar con ella, tienes que permanecer a la escucha y mantener un diálogo con ella. La chispa divina es el gran regalo que nos ha dado Dios para acompañarnos en nuestro viaje y espiritualizarnos cada vez más, pero está alojada en un lugar de la mente a la que no podemos acceder si nos anclamos en lo material. Si elevamos la calidad de nuestros pensamientos y ponemos nuestra atención y nuestro interés en lo Trascendente, la chispa divina nos ayudará más de lo que podamos imaginar.

9. El universo es indiferente.

Esta es una conclusión lógica del que piensa que somos un accidente del universo enormemente improbable. ¿Cómo va a ser el universo amistoso, si se creó a base de azar, necesidad y un puñado de leyes de la Física? Los que así piensan creen que el universo es en su mayor parte caos y destrucción, pero no es así para nada. Al menos toda destrucción aparente es el inicio de algo nuevo. Y me atrevo a decir que a medida que pasen los eones, habrá menos destrucción y más estabilidad en el universo.

Para los que creemos en Dios el universo es un lugar amistoso creado, dirigido y supervisado por seres divinos. La procesión de las galaxias, estrellas y planetas está supervisada por ellos. Algún día lejano viajaremos por el universo con otro "traje" y podremos comprobar por nosotros mismos que el universo habitado es amistoso y nuestro hogar.

10. La vida carece de sentido.

¡Ah, el sentido de la vida! Ríos de tinta han corrido intentando descifrarlo durante siglos y siglos. Por supuesto, si eliminamos a Dios de la ecuación y pensamos en nosotros los seres humanos simplemente como "animales racionales", tendemos a pensar que nuestro destino es crecer, reproducirnos y morir. Pero si suponemos la existencia de un Creador que nos ha creado no para ser sus juguetes sino para experimentar y perfeccionarnos, de repente vemos el propósito que hay detrás de todas nuestras experiencias y aprendizajes en este mundo. Este planeta y muchos otros como él es una gran escuela en la que comenzamos el aprendizaje de ser perfectos y transformar en realidad todo nuestro potencial (que es mucho mayor del que creemos).

Por supuesto, no es algo que vayamos a lograr aquí, porque este es el primer paso de una carrera muy, muy larga. Pero este mundo es muy importante en nuestro aprendizaje, pues aquí tenemos la oportunidad de experimentar cosas que no podremos hacer en los mundos que nos esperan.

11. El mundo espiritual no existe porque la ciencia no lo ha descubierto.

Dejemos que la ciencia se ocupe de las cosas materiales; ese es su ámbito de actuación. La actitud más honrada sería dejar ese juicio en suspenso si no es demostrable mediante métodos científicos. El mundo espiritual nunca será demostrado por la ciencia porque está en un nivel distinto de verificación. La llave que nos lleva a él se llama fe.

12. No hay ninguna prueba de las afirmaciones de la religión.

¡Depende de a lo que llamemos prueba! Desde luego, no puede haber ni habrá demostraciones científicas de la existencia o no existencia de Dios. La religión (me refiero a ella no como asentimiento a cierto cuerpo de creencias y dogmas sino al religare, a la conexión con Dios) se demuestra todos los días en las experiencias religiosas de los creyentes, y esa (obviamente) no es una prueba científica válida . Pero nadie puede negar ni refutar la experiencia religiosa de otra persona. Como bien se dice en El libro de Urantia

El alma que conoce a Dios se atreve a decir «yo sé», incluso cuando este conocimiento de Dios es puesto en duda por el no creyente, que niega esta certeza porque no está totalmente respaldada por la lógica intelectual. El creyente se limita a contestar a todos estos escépticos: «¿Cómo sabes que yo no sé?». (1124.7) 102:6.5

(Continuará)


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