EL ENIGMA DE FERMAT – marzo 2016
Hacía tiempo que una lectura no me atrapaba tanto, y eso
que este libro no es una novela ni el tema parece a priori demasiado atrayente.
Quizá algunos hayan oído hablar de Pierre de Fermat,
matemático francés del siglo XVII (ese siglo que presenció el despegue de la
ciencia, que se sacó de encima el lastre que la religión cristiana le estaba
imponiendo). Este brillante hombre de ciencia enunció el siguiente teorema en
1637:
Si n es
un número entero mayor que 2, entonces no existen números enteros
positivos x,y y z tales que se cumpla la igualdad:
Lo curioso del caso es que Fermat no demostró jamás este
teorema; lo único que dejó por escrito es que tenía una demostración
maravillosa, pero que no la ponía porque no cabía en los márgenes del libro
donde la había anotado.
Pues bien, este teorema tardó la friolera de 350 años en
ser demostrado, y para ello tuvieron que crearse matemáticas nuevas. De hecho,
este libro recoge la historia de todos los matemáticos que intentaron sin éxito
demostrar este teorema, intercalado con el proceso que llevó a Andrew Wiles, el
matemático que finalmente lo demostró, a embarcarse en ese proyecto desde que
era un niño.
Al leer la accidentada historia de la demostración del
teorema de Fermat, me maravillo de cómo se desarrollaron las circunstancias a
lo largo de los siglos para que muchos matemáticos de épocas diferentes
pusieran su granito de arena (inconscientemente) en un trabajo en equipo que
parece trascender épocas y lugares. Me maravilla la grandeza del ser humano que
se pone una meta y no se detiene hasta conseguirla. El caso de Andrew Wiles es
especialmente digno de mención: desde muy niño se propuso demostrar el teorema
y, ya bien entrado en la cincuentena, lo consiguió (aun cuando se dice que los
matemáticos hacen sus aportaciones más brillantes cuando son jóvenes). Pero no
fue fácil: incluso cuando publicó su demostración, le hicieron notar que había
un punto en el que esta no se sostenía, y tardó un año en reforzar ese punto.
Me pregunto: ¿cómo puede alguien llevar a cabo una empresa
en la que otros antes que él han fracasado y pensar que va a tener éxito?
¡Incluso un genio de las matemáticas como fue Euler solo consiguió demostrar
que el teorema era cierto para n=3!
Muchos matemáticos creen incluso que Fermat en realidad
estaba fanfarroneando y que no tenía una demostración (o que creía tenerla pero
era errónea), pero ese es un secreto que se llevó a la tumba.
En este libro, se dice que en la actualidad hay matemáticos
que están intentando demostrar el teorema con las matemáticas que había
disponibles en el siglo XVII. ¡Es curioso cómo los seres humanos nos planteamos
retos incluso donde no parece haberlos!
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